revista . Volumen 11- Número 1- Mayo 2008

TROMBO VASCULARIZADO

Marta López Ramón, Eva Moreno Esteban, Teresa Olóriz Sanjuán, Maria Cruz Ferrer Gracia, Maria Carmen Aured Guallar, Ángel Artal Burriel, Luis J. Placer Peralta.


Hospital Universitario Miguel Servet. Servicio de Cardiología. Zaragoza
Correspondencia: Marta López Ramón. Servicio de Cardiología. Hospital Universitario Miguel Servet. Avda. Isabel La Católica 1-3 50009. Zaragoza

Paciente de 75 años con antecedentes personales de HTA, dislipemia, AIT, displasia de carótida interna izquierda, implante de marcapasos DDD por bloqueo AV y miocardiopatia dilatada. Ingresa por empeoramiento de su clase funcional presentando disnea y dolor precordial con los mínimos esfuerzos. Se realiza cateterismo cardíaco mostrando coronarias epicárdicas sin estenosis angiográficas, pequeña fístula de DA distal (en zona de ápex) hacia cavidad de ventrículo izquierdo (figura 1). En la ventriculografía se aprecia ventrículo izquierdo dilatado, hipoquinesia de todos los segmetos, FE 21% e imagen de hiperclaridad en ápex que podría corresponder con trombo (figura 2).


Figura 1: Fístula de descendente anterior hacia cavidad de VI.


Figura 2: Ventriculografía: imagen hiperclara en ápex.

Ante éste hallazgo se realizó ecocardiograma donde se objetiva un ventrículo izquierdo dilatado (DTDVI 68 mm), esférico e hipocontráctil de forma global sin apreciar asimetrías segmentarias, FE 35-38%, cordón hiperdenso que conforma cavidad anecoica redondeada en ápex con mínimo flujo en su interior. Ante la imposibilidad de confirmar por ecocardiograma que se tratara de un trombo se realizó TAC torácico que mostró una imagen hipodensa de 17×15 mm en ápex del ventrículo izquierdo, en contacto con la pared, compatible con trombo (figura 3). Tras la confirmación diagnóstica se inició anticoagulación oral.
Ante el hallazgo de una masa intracardíaca se debe realizar un diagnóstico diferencial entre un tumor primario, secundario (metastásico) y un trombo. La apariencia y la localización de la masa a través del ecocardiograma, así como el contexto clínico suelen ser suficientes para determinar el diagnóstico. La existencia de vascularización es una característica más frecuente de los tumores malignos, mientras que los tumores benignos y los trombos suelen ser estructuras “avasculares”. Pero no es infrecuente encontrar neovascularización coronaria procedente de la arteria descendente anterior en relación con un trombo mural en ventrículo izquierdo. El hallazgo angiográfico de una fístula coronaria hacia un trombo mural en la cavidad del ventrículo izquierdo parece indicar que el trombo es de formación reciente.
Otras técnicas como la resonancia magnética cardíaca pueden ayudar a confirmar el diagnóstico, en nuestro caso al ser la paciente portadora de marcapasos se optó por la realización de TAC que corroboró la sospecha diagnóstica.


Figura 3: TAC


BIBLIOGRAFIA

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