revista NOTAS CLÍNICAS. Volumen 6 – Número 3 – Septiembre 2001

DOLOR TORÁCICO PROLONGADO Y ELEVACIÓN DE ST

José Luis Bru Martín; Ana Pujol Keller; Juan Pablo Gomollón García. Sección de Cardiología, Hospital San Jorge Huesca.


Varón de 63 años, fumador de un paquete de cigarrillos al día, con antecedentes personales de hipercolesterolemia y AIT en tratamiento con Disgren.

Acude al hospital por dolor centrotorácico intenso, irradiado a espalda y de varias horas de evolución que aumenta con los movimientos respiratorios y que cede parcialmente con cafinitrina. No sudoración ni sintomatología vegetativa.Los días previos refería cuadro catarral sin fiebre.

Exploración física:

TA 110/60, FC 87 lpm, SatO2 97%, Tª 36. Estado general bueno, AC: ruidos arrítmicos sin soplos ni roces. AP: buena ventilación bilateral. EEII: no edemas, PPPS.

Pruebas complementarias:

El hemograma mostraba leucocitosis de 16,5×109/l con 87% de segmentados, resto normal. Rx de tórax sin hallazgos.

• ECG a su llegada (ver figura nº1)

• ECG a los tres días (ver figura nº2)

• Diagnostico: Pericarditis aguda.

Comentarios:

• El electrocardiograma mostraba ritmo sinusal a 80 lpm, QRS estrecho, y elevación de ST de concavidad superior en V3-V6, y II-III- AVF. Bastante típico de pericarditis por la morfología del ST y lo difuso de las alteraciones. Cabría un diagnóstico diferencial con repolarización precoz, pero en estos casos el ECG no cambia y hay que tener en cuenta sobre todo la clínica. También se debería pensar en una onda de lesión, menos probable. Esperaríamos ver entonces otras alteraciones acompañantes (T negativa, también inespecífica) y una evolución típica, en que ya habrían aparecido en principio y dada la duración, signos de necrosis. En cualquier caso por la edad del paciente habría que ser precavido en el seguimiento inicial.

• A las 48 horas del ingreso se auscultaba roce pericárdico, y tras administración de aspirina a dosis antiinflamatorias -iniciada al ingreso- el paciente permanecía asintomático.

• El electrocardiograma al tercer día era casi normal, con leves alteraciones, y al séptimo día permanecía en ritmo sinusal, con desaparición de la elevación del ST y siendo entonces compatible con la normalidad.